Esta noche…
Quisiera ser
una luciérnaga…
Y
silenciosamente entrar en tu habitación.
Tú
despertarás y tímidamente te diré
¿Me
acompañas al jardín?
Nos
sentaríamos sobre el césped y te preguntaría
¿Por qué tu
silencio…?
¿Cuál es tu
dolor…?
Si
aprendieras a compartir lo que sientes
Tu mochila
iría perdiendo peso y
La galera
del mago la haría desaparecer.
No hablas…
No te
silencies…
No calles tu
angustia…
No escondas
tu tristeza…
Que la
soledad no habite en tu casa…
Que tu casa
no respire soledad.
De ti depende…sólo
de ti.
Susana B. Biassoni
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